Hace aproximadamente
unos 3 años leí una noticia en el periódico que trataba de
carreteras recicladas, me pareció una idea práctica y acertada, sin
embargo, perdí la pista del tema. Estos últimos días recordé lo
que en aquel momento era una innovación y decidí saber si tal idea
se llevó a cabo.
Para empezar, lo que
yo pensaba que era pura innovación resultó ser únicamente la
adaptación europea de lo que en EEUU se lleva utilizando desde 1960.
Su denominación en inglés es rubberized asphalt, que podríamos
traducir como “asfalto de caucho”. Textualmente la
compañía que originó este asfalto lo
describe como: un asfalto
común para calzadas mezclado con “caucho desmigado”, usando
neumáticos que de otro modo hubieran sido descartados en desguaces.
Es en este preciso momento cuando aumenta el interés de la idea, el
caucho utilizado en la fabricación de este tipo de asfaltos es
reciclado, proviene de automóviles en desuso y a partir de los
tratamientos pertinentes termina convirtiéndose en una especie de
aditivo.
En cuanto a los principales beneficios
de emplear caucho proveniente de neumáticos desechados nos
encontramos con:
En primer lugar la facilidad de
obtención de la materia prima. Solo en España se estima que cada
año unas 300.000 toneladas de neumáticos al año se convierten en
basura. Por lo que la reutilización de esta parte de los vehículos
(un 80% de la rueda) ayudaría a la sostenibilidad y ayudaría al
reciclaje con los beneficios que esto conlleva a largo plazo. El caucho de los neumáticos posee
unas características muy
parecidas a los aditivos convencionales
basados en polímeros originarios de derivados del petróleo. Este
tipo de opciones están en cierto modo obsoleto debido por una parte
al elevado precio del gasoil y por el hecho de que proceden de una
fuente de energía no renovable. Por sus características similares,
proporcionan los mismos valores en cuanto resistencia a la rodadura y
capacidad portante, características fundamentales en cualquier
carretera o autovía. Su fatiga es menor y resiste mejor a
los cambios de temperatura. Otro de los principales factores a
favor de este tipo de asfalto es su durabilidad. Las carreteras
construidas con este material tienen una vida útil mayor de su capa
de rodadura gracias al caucho. Por otro lado, tampoco es necesario
utilizar grandes cantidades de caucho para su fabricación, se ha
demostrado que empleando únicamente entre un 0,6%y un 2% de polvo de
caucho en la mezcla bituminosa sus beneficios son igual de eficaces.
Por último, durante los primeros usos
de este asfalto se comprobó que el ruido provocado por el tráfico
era menor un 40% respecto al convencional, con las consecuentes
mejoras para los vecinos de la zona.
El éxito del rubberized asphalt ha
provocado que en Europa también se desarrollen investigaciones que
permitan perfeccionar sus cualidades. Una de las más importantes fue
la llevada a cabo por el Instituto de Biomecánica de Valencia entre
2005 y 2008, aunque hoy en día también se lleva a cabo en España.
En 2012 en Guadalajara la mejora y mantenimiento de una parte de la
ciudad se llevó a cabo con este asfalto y fue la provincia de Murcia
la pionera en su uso. Ahora solo queda esperar a que su utilización
se extienda y, por qué no, se estandarice.
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